He estado en Galicia, alojada en O Grove, en la boca de la Ría de Arousa, y trabajando en la Isla de Sálvora, perteneciente al Parque Nacional de las Islas Atlánticas.

En O Grove todo el pueblo parece que se moviliza para hacer frente al petróleo, los marisqueadores y pescadores salen al mar a recoger el petróleo como pueden, los hoteleros ceden habitaciones para los voluntarios y se nota un ambiente más que de preocupación, como de estar sobrepasada la gente, de no querer ni ver la tele ni las noticias, como si supieran ya de sobra cuál va a ser el resultado de todo esto y no necesitaran ya escuchar nada más.

El trabajo en las islas Sálvora, Cíes y Ons está a cargo de Parques Nacionales, que a su vez delega casi todo en la empresa TRAGSA, que creo que es la que está llevando todo el tema en toda España. Esto que quiere decir, que lo que pasa día a día a nivel laboral en Parques, es decir, que se están privatizando (cada día hay más trabajadores contratados por TRAGSA y menos funcionarios o laborales; TRAGSA es una empresa pública con un estatuto especial a quien se pueden encomendar trabajos sin tener que sacar la oferta a concurso o subasta públicos para que otras empresas puedan competir), se ha trasladado al trabajo de emergencia de estos días.

El trabajo es el siguiente: Se sale a las ocho de la mañana o nueve menos cuarto del muelle en barco rumbo a la isla. El trayecto es de aproximadamente una hora. Una vez allí, se ha habilitado un caserón de un propietario privado para guardar material y que la gente se cambie de ropa. Lo primero es distribuir el material para la gente. Se pone uno lo siguiente: primero, un mono azul de trabajo; después botas de agua. Por encima de esto, un mono blanco de celulosa de los de pintor cubriendo mono y todo lo posible de las botas. A continuación te pones unos guantes de fregar (plástico) y con cinta aislante sellas las entradas entre guante y mangas y entre bota y pantalón para impedir que el petróleo te llegue dentro. Después te pones unos segundos guantes y los vuelves a sellar. Sólo falta la mascarilla, que debe ser de filtro para vapores orgánicos (se están repartiendo mascarillas de polvo y de protección para vapores no muy tóxicos y sólo unas pocas de las buenas). Ponerse gafas de protección es imposible porque se empañan al trabajar y no puedes ni moverte. La masscarilla también es muy incómoda.

Una vez que te pones a quitar fuel (con las manos) ya no puedes tocarte la cara ni nada, con lo cual si la mascarilla se te mueve o el pelo se te viene a la cara o tienes sed o ganas de mear, imposible, tiene que haber alguien con las manos limpias que te ayude. Como comprenderéis es difícil cumplir las medidas de seguridad y hay mucha gente que las incumple por lo difícil del trabajo. Se necesitan capataces de cuadrilla que estén sólo para garantizar el cumplimiento de estas medidas.

En Sálvora, la gente hace una parada como a la una y media o dos de la tarde para comer. La comida se lleva al lugar de trabajo en bolsas de basura que acaban pringadas también. Se quita uno los guantes y saca el bocadillo y se lo come allí mismo. Es muy fácil pringarte sin querer las manos y al estar ingiriendo alimentos la contaminación es muy sencilla. Beber agua implica los mismos riesgos.

Se vuelve a tierra como a las cinco de la tarde después de quitarte el material y limpiarte un poco manos y cara con un jabón especial, muy agresivo, que disuelve los hidrocarburos.

En los cuatro días que he estado allí al menos siete personas han caído enfermas, intoxicadas de distinta gravedad: mareos, dolores de cabeza, expectoraciones de sangre, vómitos con sangre, bronquitis, etc. Debo decir que no se está haciendo hincapié en el correcto uso del material, y que no se respetan los períodos de descanso necesarios ni la norma de haberse limpiado completamente antes de ponerse a comer.

Por otro lado existe un trato discriminatorio para los voluntarios, que reciben material de peor calidad y están más expuestos a los riesgos. La presencia de voluntarios es un poco inútil, una persona que no permanezca más de dos días genera más residuos en forma de material (todo se tira, los monos, las botas, las mascarillas usadas) de lo que recoge en forma de fuel. A diario se tiran contenedores de material usado, botas, trajes de agua, monos blancos de un solo uso, mascarillas, comida pringada de haberla llevado al sitio de trabajo.

En la isla no hay ni un médico al que recurrir ni un botiquín especializado para las emergencias que se pueden presentar (bombonas de oxígeno, nebulizadores, suero, etc.).

Efectivamente se están sacando toneladas de fuel pero a muy alto coste humano. El seguimiento de fauna en la isla y del estado diario de las playas es inexistente.

Mi opinión es que el trabajo se ha organizado de un modo irresponsable con el objetivo de cubrir la imagen del Parque Nacional y del PP, y no por un deseo de salvaguardar el ecosistema o de ayudar a los pescadores de Galicia a frenar el desastre. La insolidaridad que se tiene con los pescadores es la misma que se demuestra hacia los propios trabajadores contratados para limpiar el fuel.

Bueno, paro con el rollo, me quedo más a gusto contándolo y que se entere mucha gente, porque es vergonzoso lo que está pasando. Muchos besos a todos.